Como odontopediatra, me preocupa que cada vez se diagnostiquen más casos de esta alteración del esmalte en la dentición permanente. Se trata de una lesión de hipomineralización del esmalte, Molar Incisor Hipomineralization, M.I.H, que se desarrolla en el primer año de vida del niñ@, coincidiendo con el periodo de calcificación de la corona de primeros molares e incisivos permanentes, y se podrá diagnosticar cuando se produzca la salida de estos dientes, a la edad de seis o siete años.
El aspecto de las lesiones puede variar desde manchas blancas, amarillas o marrones hasta un esmalte rugoso y pobre que se rompe con mucha facilidad, produciendo sensibilidad extrema.
Cuantos más molares estén afectados por M.I.H. más probabilidad habrá de que los incisivos también lo estén.
Los dientes que presenten M.I.H. tienen gran susceptibilidad a la caries, siendo ésta de avance muy rápido, por lo que pueden llegar a la pulpa en cuestión de meses.
La causa es aún desconocida, pero se cree que puede estar relacionada con alguna alteración en el embarazo, con enfermedades de la primera infancia (rubeola, sarampión, varicela, herpes virus, otitis, amigdalitis, infecciones de orina, enfermedad renal…), con el consumo temprano de antibióticos y/o corticoides, con prematuridad en el nacimiento, con enfermedad celíaca, con déficits nutricionales, con episodios de fiebres altas y con la liberación de bisfenol de los biberones de plástico calentados. Cualquiera de estas patologías ocurridas durante el primer año de vida, podrá afectar a la formación y maduración del esmalte de primeros molares e incisivos permanentes, ya que este proceso es muy largo y muy sensible a los cambios ambientales. Aunque, a veces, la etiología de M.I.H. es totalmente desconocida y no está relacionada con ninguna de las afecciones nombradas.
Los niños de 6 años deben acudir al dentista para poder hacer un diagnóstico precoz, porque cuanto antes se detecte, antes se podrá aplicar el tratamiento adecuado. Los niños que presenten M.I.H. requieren atención inmediata y necesitan un programa de controles periódicos.
Como padres debemos sospechar que nuestro hijo presenta M.I.H. si al erupcionar los primeros molares permanentes a los seis años, el niño se queja de sensibilidad al frío, al masticar o al cepillarse los dientes y si apreciamos manchas similares a las de la fotografía en cualquier primer molar o incisivo permanente.